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La inclusión de frutas y verduras en la dieta es esencial para la salud, ya que ofrecen numerosos beneficios y fortalecen el sistema inmunológico. Sin embargo, estos alimentos pueden estar expuestos a contaminantes y patógenos durante su cultivo, almacenamiento y transporte, lo que aumenta el riesgo para la salud, especialmente al consumirse crudos. Es fundamental aprender a lavar y desinfectar adecuadamente la fruta y la verdura para reducir significativamente el riesgo de contaminación por suciedad, químicos y pesticidas.
Trucos para lavar y desinfectar la verdura
Es crucial lavar la frutasy la verdura antes de cortarla o pelarla para evitar la transferencia de patógenos desde la cáscara hacia el interior. En primer lugar, enjuágalas bajo el grifo durante al menos dos minutos o sumérgelas en agua. En caso de que las piezas tengan demasiada suciedad, puedes utilizar un cepillo o esponja limpia sin jabón.
El vinagre, reconocido por su capacidad antimicrobiana, es un desinfectante natural económico y común en los hogares. Para utilizarlo en la limpieza de frutas y verduras, debes diluir un vaso de vinagre en un litro de agua. Luego, remoja las verduras en esta solución durante 10 minutos y, una vez transcurrido el tiempo, aclara con abundante agua.
Una combinación efectiva para desinfectar frutas y verduras es mezclar partes iguales de agua, limón y vinagre. Esta solución natural aprovecha las propiedades antibacterianas del ácido cítrico del limón junto con las propiedades antimicrobianas del vinagre. Al sumergir las frutas o verduras en esta mezcla durante 10 minutos, se elimina cualquier patógeno.
El bicarbonato de sodio, un producto versátil económico, es útil no solo en la cocina, sino también para limpiar y desinfectar frutas y verduras. Para utilizarlo, basta con diluir una cucharada sopera en un litro de agua y sumergir las frutas o verduras en esta solución durante 10 minutos para lograr una limpieza efectiva.
Consejos prácticos
Al elegir las frutas y verduras en la tienda, asegúrate de seleccionar aquellas que no presenten magulladuras ni daños visibles. Si decides comprar frutas y verduras precortadas, opta por aquellas que estén refrigeradas para preservar su frescura.
En casa, al manipular frutas y verduras, comienza por lavarte las manos y asegúrate de que los utensilios y las superficies estén limpios, incluyendo las tablas de cortar. Antes de consumir, cortar o cocinar las frutas y verduras, lávalas adecuadamente bajo agua corriente. Evita el uso de jabones, detergentes o productos comerciales para su limpieza.
Si están dañadas o magulladas, deséchalas, ya que los microbios pueden penetrar más fácilmente. Elimina las hojas deterioradas y exteriores, especialmente en repollos y lechugas, que podrían contener más suciedad. Finalmente, sécalas con una toalla de papel limpia antes de su uso.
Para mantener la seguridad alimentaria, es importante separar las frutas y verduras de los alimentos crudos de origen animal, como carne, aves, pescados y mariscos. Una vez cortadas, peladas o cocinadas, refrigera las frutas y verduras en un plazo máximo de dos horas. Mantén estos alimentos refrigerados a una temperatura de 40 grados o menos, en recipientes limpios y adecuados para preservar su frescura y evitar la proliferación de bacterias.
Para reducir el riesgo de enfermedades transmitidas por alimentos, se recomienda cocinar completamente los germinados (brotes). Debido a que los germinados requieren condiciones cálidas y húmedas para su cultivo, estas mismas condiciones facilitan la proliferación de microorganismos. Consumir germinados crudos o poco cocidos puede dar lugar a intoxicaciones alimentarias. Es crucial evitar los germinados crudos para personas en grupos de mayor riesgo, como embarazadas, niños pequeños, adultos mayores y aquellos con un sistema inmunológico debilitado.
Por último, recuerda que las frutas y verduras cocidas son las más seguras para consumir, seguidas por aquellas lavadas.